La semana pasada estuve escuchando una tertulia radiofónica en la que hablaban sobre el emprendimiento al hilo de la última ley al respecto aprobada por el gobierno de Madrid. Teóricos expertos y no tan expertos debatían sobre la necesidad de que en un país haya un mayor número de emprendedores para tener una economía más dinámica y próspera.
A mí me quedó la impresión de que el debate se quedaba cojo ya que trataban exclusivamente al emprendedor como la persona creadora de nuevas iniciativas empresariales, es decir, quien monta un nuevo negocio, e incluso se ponía en duda la posibilidad de fomentar o de formar en emprendimiento, ya que se decía que el emprendedor nace y no se hace. Como todo, esto es discutible, y habría que saber qué entiende cada uno por emprendedor.
Ciertamente la creación de nuevas empresas es importante y según nuestro criterio para ello debería existir una formación para el emprendimiento desde edades tempranas, pero no solo para crear empresas sino para formar jóvenes mejor preparados para un mundo laboral cada vez más cambiante e incierto. Jóvenes mejor preparados para EMPRENDER, literalmente según la definición de la R.A.E., para acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro. Y a estos jóvenes les necesitamos en las empresas, en las escuelas, en los ayuntamientos, en la ONGs, etc.
El desarrollar ciertas habilidades emprendedoras complementa la formación más cognitiva con una formación orientada a la acción. Desde Team Academy Euskadi trabajamos desde 2007 mediante el programa LEADERSHIP ADVENTURE en el desarrollo de estas habilidades y actitudes en jóvenes recién licenciados o con poca experiencia laboral para ayudarles a ser más capaces de liderar y poner en marcha proyectos tanto empresariales como sociales, de nueva creación o dentro de organizaciones que ya existen.